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sábado, 18 de febrero de 2017

MENSAJE ENCRIPTADO

CAPÍTULO 5

Buenos días,

Me presento, lo primero, como buen joven educado que soy. Me llamo Liki Lik, no sé si habréis oído hablar de mí. Nací, como os conté en mi primer capítulo, en el barrio de Las Delicias y estudio con esfuerzo y ganas en el instituto Delicias.

Me encantan las historias de intriga, las máquinas raras, los cálculos complejos y los enigmas antiguos y modernos. Gracias a mi abuelo encontré en un pasadizo subterráneo bajo el suelo que pisamos una extraña máquina que más tarde veréis.

Es una máquina del tiempo con la que he podido viajar a muchos países y culturas del mundo en muy distintas épocas, desde los cavernícolas, los romanos, la Edad Media, hasta la era de la cibernética y los videojuegos más famosos.

Todo lo que aprendo en mis viajes me gusta compartirlo con mis invitados en mi blog, el blog de Liki Lik, que puedes encontrar en la página web de mi instituto, si entras en los blogs de lectura que tenemos.

En muchas ocasiones mi máquina me ha jugado malas pasadas y se ha averiado. Yo hago todo lo que puedo por actualizarla y ponerla a punto cada poco.

Una noche, como no conseguía ordenar los circuitos de forma automática tuve que hacerlo de forma manual, usando herramientas sencillas iguales a las del Taller de Tecnología del insti.

Me tuve que aplicar mucho, incluso busqué un tutorial en YouTube y me despisté con los programas de otros Yuo Tubers que no venían a cuento. Mi familia me advirtió que en breve me fuera a la cama, y yo les dije que cinco minutos más. Pero es que no hay que dejarse distraer en internet.
Esto que os digo es muy importante, si navegas por internet o entras en la red, “cuidadín, cuidadín”, hazlo bien seguro, aprende a navegar con seguridad en internet y mejor si lo haces con permiso y la supervisión de tus padres.

A mí siempre me ayuda mi hermana mayor. De ella ya os hablaré otro día.

En fin, esa noche de viernes se volvió en mi contra. Por más que lo intentaba no conseguía que la máquina del tiempo funcionase. Estaba empezando a pensar que se estaba quedando obsoleta.

Entonces cuando iba a conectar el circuito rojo con su homólogo,… ¡ZAS!... Un chispazo impresionante me lanzó hacia atrás, una pieza golpeó mi cabeza y caí boca arriba tendido en el suelo junto a la máquina.

Abrí los ojos. Veía borroso. Parpadeé varias veces. Me toqué la cabeza, me dolía. Tenía un buen golpe, pues al instante, me empezó a salir un “huevo”, pero de los buenos. ¡Vaya coscorrón!

Cuando por fin mis ojos enfocaron hacia una sombra y la hicieron nítida, además de abrir mucho, pero que mucho los ojos, también se me abrió la boca. Y se me debió poner esa cara de tonto que se nos pone cuando no sabes muy bien qué ha pasado, te has mareado y quieres situarte, pero sigues sin enterarte de nada.

Así me sentía yo, atontado de verdad. Envuelto en mis inconexos pensamientos, oí una voz masculina, que me zarandeaba y decía junto a mí:

-          - ¡Pardiez! Noble mozo, ¿qué hacéis por estos fríos suelos? ¿Qué sin Dios nos rodea sin sentido, que hete aquí tendido?
-        -  ¡Muchacho, muchacho! ¡Válgame Dios, qué coscorrón! ¿Estás bien? O, ¿está roto tu corazón?

Yo, me incorporé un poco y vi a un hombre. Me pareció raro. Tendría unos cuarenta años, vestido con ropas de otra época, pues llevaba una especie de leotardos y unos pantalones cortos que más me parecieron farolillos encajados en sus muslos.

Él no paraba de hablar y de decir que lo suyo era peor, pues padecía no un coscorrón, sino un mal mayor. Un mal de amores, me dijo. Como yo de eso no sabía nada de nada, me mantuve en silencio, me limité a escuchar, mientras trataba de situarme y de buscar una solución a aquel embrollo.

-        - ¡Muchacho!- me dijo por fin, - ¿Cuál es tu nombre? Yo le respondí: - Liki Lik, señor.

Él, con esa manera rimbombante de hablar que tenía o al menos a mí así me lo parecía, me dijo que era Don Juan que su amada era Doña Inés y que estaba muy enfadado con un tal José de Valladolid.
Después de un buen rato, tras contarme que llevaba un tiempo sin ver a su amada, como ya se ponía pesado con el tema y al insistirme en que deseaba enviarle un mensaje secreto a ella, que era una bella y joven novicia, encerrada en un convento a la que él tenía prohibido acercarse, me convenció para aceptar ese mensaje e intentar llevárselo con mi máquina del tiempo.

Don Juan, entusiasmado, escribió con buena letra y buena pluma unos versos. Me hizo prometer que se lo entregaría a Doña Inés y que si ocurría algo extraño que leyera yo mismo el mensaje.

La verdad es que cuando observé que el tal Don Juan llevaba colgando una espada, inmediatamente le dije que así lo haría, pues me parecía más bien un loco y me dio miedo que pudiera atacarme por no obedecer.

Cuando me lo entregó, muy de refilón, leí: ……… Nada. No leí nada, porque me había dormido sin más.

Eran los doce en punto de la noche del viernes, y lo único que me había ocurrido era que me había dormido junto a la máquina del tiempo. Pero,….. descubrí en mis manos una extraña pieza hexagonal, la que saltó y me golpeó y  un papel, una carta, la carta de Don Juan a Doña Inés. La leí y no entendí nada. Parecía más bien un mensaje secreto, un mensaje encriptado, un enigma. Entonces comprendí que ese sueño, me había traído un nuevo reto.

Tenía que recomponer la pieza de la máquina del tiempo y descifrar el código secreto de esa carta para cumplir así mi promesa.

Ese tal José del que se quejaba don Juan, es el escritor José Zorrilla que nació aquí, en Valladolid, el 21 de febrero del año 1817 y que tiene una casa en la calle Fray Luis de Granada, que escribió la famosa obra de teatro Don Juan Tenorio. Por eso tenemos numerosos elementos de la ciudad en su honor: El Estadio Zorrilla, La plaza Zorrilla, El paseo Zorrilla, el teatro Zorrilla.  Y este año celebraremos el 200º aniversario de su nacimiento. ¡Qué visita más interesante!

¿QUERÉIS AYUDARME A RECOMPONER LA PIEZA DE LA MÁQUINA DEL TIEMPO
Y A DESCIFRAR EL MENSAJE ENCRIPTADO
QUE LE ESCRIBIÓ DON JUAN A DOÑA INÉS?


Muchas gracias de antemano y
un saludo de vuestro amigo del IES Delicias,  
          
LIKI, LIK

ORIGAMI HEXAGONAL

¿CÓMO RECOMPONER LA PIEZA ROTA DE LA MÁQUINA DEL TIEMPO?

La pieza que saltó de la máquina del tiempo por aquél chispazo fue a parar a mi cabeza y me hizo perder el sentido.
Ahora tenemos que recomponer esta pieza y así reparar la máquina del tiempo y tenerla lista para próximas aventuras.
¿Qué me golpeó exactamente?

Imagen relacionada

Yo en mi mano me encontré algo así:

Resultado de imagen de hexágono 3d
Es un hexágono, pero no un hexágono cualquiera.
Para ayudar a LIKI, LIK, cada uno tendrá que realizar un origami hexagonal.

¿ QUÉ ES UN ORIGAMI HEXAGONAL? 

Observa estas imágenes con atención:

PASO 1: Debes trabajar con triángulos equiláteros, 10 + 10 invertidos de 3 cm al menos.


PASO 2: Debes duplicar la imagen en un folio:

PASO 3:Elige tus imágenes y recolócalas:
PASO 4: Aprovecha bien el espacio del folio:

PASO 5:Prepara la plantilla definitiva, recorta y pronto estará tu  origami listo.

PASO 6: Es muy importante recortar con precisión y doblar con sumo cuidado.
Puedes añadirle un cordón chulo y llevarlo como medallón o amuleto.

PASO 7: El origami es infinito y podrás ir descubriendo cada imagen escondida:





JOSÉ ZORRILLA

¿QUIÉN ES JOSÉ ZORRILLA?

El Ayuntamiento de Valladolid con motivo de su bicentenario nos lo cuenta muy bien:

                                                Retrato de José Zorilla por Antonio María Esquivel.
                                                Fuente: Biblioteca Nacional de España.

José Zorrilla y Moral nació en la calle de la Ceniza de Valladolid -hoy calle de Fray Luis de Granada-, el 21 de febrero de 1817. Hijo de un hombre muy conservador, relator en la Chancillería y casado con doña Nicomedes Moral, una mujer muy piadosa oriunda de tierras burgalesas. En Valladolid, José Zorrilla pasó sus primeros años, aprendió sus primeras letras y, gracias a una exacerbada sensibilidad, protagonizó sus primeros fenómenos inverosímiles y carentes de explicación racional, en el seno de una familia en la que además de sus progenitores, vivían el canónigo Zoilo, su tío materno y las sirvientas Bibiana y Dorotea.
Tras pasar brevemente por Burgos y Sevilla, la familia se trasladó Madrid y, allí, el niño fue matriculado en el Seminario de Nobles de los jesuitas; hasta que, en 1833, el joven fue enviado a estudiar leyes a la Real Universidad de Toledo, bajo la tutela de un familiar. Sin embargo, el joven no tardó en dar muestras de poca concentración y de un gran distraimiento en otras ocupaciones, lo cual hizo que fuese devuelto a Valladolid, en cuya facultad continuaría estudiando entre 1833 y 1836.

Tampoco en Valladolid fue fácil. José Zorrilla se sentía fuertemente inclinado a la ensoñación, la lectura, el dibujo y la literatura. Por darle un escarmiento, su padre decidió confinarle en Lerma y hacia allá se dirigía cuando decidió desafiar a su destino: robó una mula, dio media vuelta y huyó a Madrid. Zorrilla contaba entonces con diecinueve años.
Si queréis saber más de José Zorrilla como escritor y de sus últimos años, sigue leyendo aquí.
EL MENSAJE ENCRIPTADO
DE DON JUAN A DOÑA INÉS

Don Juan Tenorio

El escritor José Zorrilla escribió una famosa obra de teatro titulada
Don Juan Tenorio.

Puedes leerla aquí en versión adaptada para escolares:



Una vez que conozcas mejor esta historia, entenderás el mensaje que Don Juan quiso entregar a Doña Inés y puesto que se lo encargó desesperado a Liki Lik al encontrarse con él en aquel sueño, debes intentar descrifarlo.


Para ello tendrás que tener en cuenta el lenguaje encriptado del CÓDIGO CÉSAR.
Puede ser alfabético, como la foto superior o cifrado numérico como la foto inferior.



domingo, 21 de febrero de 2016

LA MASCOTA DE LIKI LIK
CAPÍTULO 4

Hola a todos, mi nombre es Liki Lik.

Los que ya me conocéis sabéis que tengo una máquina del tiempo y que con ella he viajado a muchos lugares muy divertidos para mí, como por ejemplo, la época cavernícola, la Antigua Roma, los castillos medievales, los juegos de los niños del Siglo XVI, que conocí a la propia Santa Teresa de Jesús de niña, y hasta me he movido por los circuitos cibernéticos más complejos, creando mis avatares más auténticos.

Sin embargo, en las Navidades pasadas perdí a uno de los seres más queridos de mi familia, mi abuelo. Ya con sus 83 años bien cumplidos y habiendo trabajado mucho tantos y tantos años por su mujer y sus hijos, habiendo pasado muchas penurias, lo echo mucho de menos. Sus historias de misterio eran las mejores, … Lo siento, me pilláis en un mal día,…

Para ser sincero tengo que confesaros que a veces conviene hablar de estas cosas, de los sentimientos que tenemos, de las emociones buenas y malas que se agolpan en nuestro corazón.

Yo, si me lo permitís, me voy a sincerar con vosotros y os voy a contar unas cuantas intimidades. Cosas de esas que no se suelen contar, porque así a simple vista, parecen “tontadas”.

Comenzaré entonces,…

Todos decían que estaba siendo un invierno muy caluroso y con las temperaturas más elevadas de los últimos 20 años, sin embargo, eso no impidió que mi abuelo se constipara y que esa dichosa tos se complicara hasta el punto de tener que llevarlo al hospital. Allí los médicos nos dijeron que estaba muy malito y que era una neumonía muy grave para su edad.

Yo al principio creí que no era para tanto, ni siquiera entendía esa palabra, neumonía, algo del pulmón, según oí a los mayores, pero al final sucedió lo peor. Mi abuelo no superó esta enfermedad y murió.

Mis padres al verme tan desconsolado durante esos días, decidieron regalarme para el día de Reyes una mascota. Ellos estaban convencidos de que así tendría una ocupación, buena compañía y un amigo incondicional con quien compartir alegrías y tristezas y con quien viajar, como no, en la máquina del tiempo y que, por otro lado, no me distrajera en exceso de mis estudios, pues ya en el instituto tienes que ser muy aplicado y dedicarle el tiempo suficiente a tus tareas. Ya sabéis lo pesados que son los papis con lo de "hijo estudia" y todo eso.

El mes de enero se me pasó entre días anodinos, aburridos, dando vueltas alrededor de mi máquina del tiempo sin más y siempre con mi nueva mascota.

Mi mascota era lo mejor que me había pasado nunca. Era divertida, cariñosa, podíamos ir juntos en la máquina del tiempo, me esperaba paciente hasta que salía del instituto. 

Poco a poco mi tristeza iba remitiendo y ya empezaba a tener ganas de investigar y crear nuevos retos. No olvidéis que yo, Liki Lik, soy un héroe de barrio, como decía mi abuelo y siempre lo seré.

Un día un amigo de clase me preguntó que qué mascota era esa tan especial que me habían regalado mis padres.

Esta, que parecía una pregunta sin importancia, desató en mí una especie de chispa para que mi amigo y, luego otros cuantos más que quisieron sumarse al reto, jugaran conmigo durante un buen rato e incluso días. Si queréis os cuento lo que me inventé.

Yo, en vez de responderlo sin más, decidí retarlo a él y a los otros al descubrimiento de qué mascota tan especial me habían regalado.

Y reté a todos a un juego de pistas en el que poco a poco y de una forma colaborativa lograsen descubrir cuál era mi mascota.

Desde luego que tendrían que seguir unas normas. No bastaba con decir nombres de mascotas al tuntún, eso no valía.

Con ayuda de mis profesores y otros colegas infiltrados fuimos colocando pistas en determinados lugares del instituto, como la biblioteca, el vestíbulo, las taquillas, el laboratorio de ciencias, las salas de informática, aulas de plástica y visual, la sala de exposiciones  y lugares por el estilo sin ningún peligro para nosotros.

Utilicé sobres de colores (rojos, verdes, amarillos, azules, rosas, etc.) y les recomendé que lo mejor era realizar grupos no muy numerosos.

Les expliqué que en cada sobre encontrarían unas pistas y que concluida la fase de pistas con la información conseguida, deberían saber modelar la verdadera imagen de mi mascota y les prometí como premio que en honor a mi abuelo les enseñaría mi máquina del tiempo.

Y,…¿ sabéis qué? Que nos lo pasamos genial jugando.

Por cierto, ¿puedo haceros una pregunta?

Me gustaría invitaros a jugar también a vosotros. ¿Estáis dispuestos a probar vuestra astucia y vuestras habilidades?

Si decís SÍ, jugad con Liki Lik.

¡Ah y por favor contad vuestra experiencia en mi blog!

¡Os espero!

Con cariño a mis nuevos amigos,




Liki Lik de De[LIKI]ae

PD: ¡Gracias por alegrarme el día! 

viernes, 27 de febrero de 2015

LIKI, LIK

VIAJA A LA  ANTIGUA ROMA Y LUEGO ……

CAPÍTULO 3

Hola de nuevo, para los que no me conocéis, soy Liki, Lik. 

Me gustaría dar las gracias a mis rescatadores, si alguno me está oyendo, tanto en mi nombre como en el de mi amiga DEA. Pues todo salió genial. Dea regresó por fin a Londres.

Hoy me gustaría compartir con vosotros mis últimos descubrimientos.

Desde que arreglé la máquina del tiempo mi vida ha cambiado, mi mente ha cambiado, yo mismo estoy cambiando.

Mis intereses, mis gustos ya no son como cuando era un niño de infantil ni de primaria, ahora me siento mucho más seguro y más decidido. Por eso, quiero contaros esto.

Cuando mi amiga Dea regresó a Londres, London, como dice ella, me picó la curiosidad de probar si la máquina del tiempo podía viajar a otras épocas sin averías.

A mí desde muy chiquitín me han gustado mucho las leyendas antiguas, ya os dije que mi abuelo sabía muchas historias y yo, la verdad, disfrutaba mucho oyéndoselas contar.

Ahora suelo leer yo las que más me gustan. Y una de las que más me han gustado últimamente es la de RÓMULO Y REMO amamantados por una loba, ¡qué emocionante!

Una tarde preparé la máquina del tiempo y seleccioné el siglo I antes de Jesucristo, destino: la ciudad de Roma. Y mi viaje fue todo un éxito. Me recibieron muy bien allí, aunque mi ropa les resultaba muy extraña, pues no conocían los pantalones vaqueros. Allí todos llevaban faldas y vestidos, hasta los chicos.

Con ellos me enteré de cuándo se había fundado la antigua ciudad de Roma y cómo vivían los antiguos romanos, cómo era su ciudad, sus casas, sus escuelas, sus familias, sus fiestas y otras cosas, pero lo mejor de todo fue jugar, sí, sí, jugar, porque aunque, como os digo me hago mayor, me gusta mucho jugar.

Incluso, me llevaron a un taller de artesanos expertos en mosaicos, pues ellos en el suelo de sus casas tienen unos preciosos mosaicos de muchos colores. Se nota que no conocen ni los muebles ni las alfombras del IKEA, ja, ja.

Todo me iba de maravilla hasta que un cuervo negro, para los romanos, pájaro de mal agüero, de mala suerte, para que me entendáis, se posó en la máquina del tiempo cuando me estaba despidiendo de mis nuevos amigos para regresar al siglo XXI.

¿Cuál fue mi sorpresa?

Seguro que ya os lo estáis imaginando,… no llegué a mi destino, Valladolid, siglo XXI.

Aterricé sin saber por qué en la ciudad de Ávila en el siglo XVI, nada más y nada menos.

Yo no sabía nada de esa época. Allí tuve la suerte de conocer a una niña extraordinaria, se ve que tengo don para hacer buenos amigos vaya donde vaya.

Ella me dijo que se llamaba Teresa, Teresa de Jesús y que esa ciudad a la que yo había llegado no era Valladolid, sino Ávila y que no sabía qué era el siglo XXI, que ella vivía en el siglo XVI, según había oído decir a los mayores de su casa.

Al principio esa ciudad me daba miedo porque no tenía farolas, ni semáforos y había murallas muy altas por todos los sitios que miraba.

Ella me llevó a su casa y como sus padres eran muy amables, me acogieron como a un vagabundo extraviado, igual que solían hacer a veces con los peregrinos que iban de camino a Santiago de Compostela y pasaban por allí.

Me lo pasé genial, primero, porque su familia era muy numerosa. Teresa tenía un montón de hermanos, por lo menos diez, no sé, no me acuerdo muy bien. Y, segundo, porque no paramos de recorrer a la mañana siguiente toda la ciudad y me enseñó un montón de juegos que yo ni siquiera conocía.

Bueno, algunos se parecían a los que me había contado alguna vez mi abuelo.

Ahora, que ya he conseguido solucionar esos problemillas, quiero compartir con todos vosotros algunas cosas que he aprendido en este viaje.

Por eso, os invito a jugar en el IES DELICIAS como yo lo hice en la antigua ciudad de Roma y en la ciudad de Ávila del siglo XVI. ¡Ojalá os llevéis un grato recuerdo!

¿Estáis preparados?

Comienza el juego….

Hasta pronto, amigos!!!!!!


Firmado

                                                                                                                                                                                                         LIKI, LIK